El delantero del Liverpool y del Brighton que se convirtió en un popular locutor en España
Martes 9 de junio 2020, The Times
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El duque de Wellington pudo haber librado al norte de España de Napoleón, y George Orwell, Laurie Lee y WH Auden pudieron haber luchado en la Guerra Civil española, pero a la mayoría de los españoles a los que hoy se les pidiera que nombraran al primer inglés que se les ocurriera, lo más probable es que dijeran Michael Robinson.
En lo que respecta a Robinson, un locutor de Blackpool, era conocido en su tierra natal como jugador de fútbol profesional. En las décadas de 1970 y 1980 jugó como delantero central para Preston North End, Manchester City, Liverpool, Brighton y Hove Albion, QPR y finalmente Osasuna, un club en apuros en el norte de España. Jugó 24 veces para Irlanda y ganó la liga y la Copa de Europa con el Liverpool, el equipo que apoyó cuando era niño, donde fue eclipsado como jugador por jugadores como Kenny Dalglish, Ian Rush y Graham Souness.
Nacido en Leicester en 1958, Michael John Robinson se crió en Blackpool, donde su padre, Arthur, regresó después de luchar como comandante en la Segunda Guerra Mundial. Robinson se mudó a España el 6 de enero de 1987 y, al igual que Cortés al pisar Méjico, tuvo problemas con el idioma. Todo lo que sabía cuando aterrizó en el aeropuerto de Bilbao era «Hola», «Cerveza, por favor» y «Uno, dos, tres, cuatro, cinco».
Al ver que un batallón de periodistas lo estaba esperando, le preguntó a la azafata cómo decir «no entiendo» en español. Robinson se abrió paso entre la multitud repitiendo una y otra vez «No entiendo».
No se le habría pasado por la cabeza que permanecería en España por el resto de su vida, y mucho menos se habría imaginado terminar como una de las personalidades mediáticas más reconocidas del país.
Entusiasta del buen vivir e incansable narrador, era un hombre alto y ancho que mejoraba con compañía, comida y bebida; adoptó el estilo de vida español y el estilo de vida español lo adoptó a él. Después de colgar sus botas en 1989, se mudó a Madrid y consiguió un trabajo como experto de fútbol en la televisión española. Dos años más tarde saltó al estrellato como el presentador del programa de televisión de fútbol más popular en España, El día después, en el que estuvo hasta 2005. Analítica e irreverente, perspicaz y divertida, la identidad del programa reflejaba su propio estilo. Era tan encantador y natural frente a las cámaras como si estuviera en un bar con sus amigos.
Colaboró siendo comentarista de partido en los juegos en vivo más electrizantes, analizando la acción que se desarrolla. Tenía su propio programa deportivo en la estación de radio más grande de España, Cadena Ser, y aparecía semanalmente como colaborador en un programa de actualidad.
Estaba casado con Christine (de soltera Sharrock), que lo sobrevive con sus hijos Liam, que trabaja en producción de televisión en Madrid, y Aimée, que trabaja como relaciones públicas en Australia.
Robinson era infinitamente curioso y hablaba con la misma energía e inteligencia sobre Lionel Messi, Pep Guardiola, Nelson Mandela o la independencia catalana. Vio humor en casi todo, burlándose de la vanidad y la imbecilidad de la humanidad, cualidades que no rehuyó identificar en los políticos. Rompió con el estereotipo de los ingleses en España de fríos y reprimidos. Desconcertado por la torpeza de su español, casi regocijándose en él, salpicó su discurso con expresiones idiomáticas locales («that guy touches my cojones» sería un ejemplo).
En el momento de su muerte, su fama rivalizaba con la de los mejores deportistas nativos de España. En su camino de regreso de un almuerzo con Seve Ballesteros, el golfista español, seis personas los detuvieron para pedir el autógrafo de Robinson. Se deleitó en el hecho de que sólo uno detuvo a Ballesteros.
Michael Robinson, futbolista y experto, nació el 12 de julio de 1958. Murió de cáncer de piel el 28 de abril de 2020, a los 61 años.
Foto: Michael Robinson, ganó la liga y la Copa de Europa con el Liverpool ⎢PETER ROBINSON/PA