Septiembre 2025

No es vocación, es afición. Tuve la suerte de entrar en un centro de formación admirable, el Instituto Ramiro de Maeztu. Recuerdo que éramos 15 en clase y teníamos unos medios y unos profesores increíbles. Nuestro profesor de educación física era el jefe de bomberos de Madrid, Carlos Bousoño era el de literatura. Teníamos microscopio, talleres de encuadernación, de mercadotecnia, dos pianos de cola… Íbamos por los pueblos de Madrid llevando películas, música. Yo era el encargado de la radio y organizaba los conciertos semanales cuando tenía catorce años. 

Es que no hay música en la escuela. Lo contradictorio en España, como casi todo, es que nunca ha habido tantas escuelas de música ni tantos niños aprendiendo a tocar algún instrumento. Antes eso no existía. En la actualidad hay chicos que pueden tocar una sonata de Mozart a los 15 años, pero llegan a los 17 y los de su entorno, que no estudian música, se lo comen y se pone a dar saltos en un campo de fútbol. No hay música para los jóvenes porque no se puede llegar tan tarde a la música. Hay que necesitarla. Que la impongan no funciona. No estoy en contra de lo que viene. Les deseo que sean felices pero lo cierto es que lo nuestro va a desaparecer. 

Sí, estoy muy contento de haber vivido la edad de oro de la música, de haber conocido a los grandes nombres. Todos comenzaron en teatros pequeñitos. Ahora, sin embargo, no es así. Ahora, surge alguien con talento e inmediatamente se pone a dirigir una orquesta fenomenal cuando no tiene ninguna experiencia. Hoy mismo, el director de la Filarmónica de Berlín, un judío ruso con mucho talento, ha hecho por primera vez una sinfonía de Bruckner en un festival importante cuando nunca en su vida había hecho una sinfonía de Bruckner. 

Alfonso Aijón con Sir Neville Marriner fundador de la Academy of St. Martin in the Fields

Bud Bunny ha vendido en 48 horas 600.000 entradas. Y nosotros para llenar la sala de Cámara… Este es un país de copas y fútbol. Pueden entrar 80.000 personas al Bernabeu sin que casi no puedas entrar a tu casa si vives por ahí, pero, si dejas un coche un poco mal aparcado en el Auditorio, la grúa te lo lleva. No hemos evolucionado nada.

Hacerlo desde la escuela. Como ocurre en otros países. Los políticos son quienes manejan los presupuestos generales y tienen una formación baja en humanidades y, si los jóvenes quieren pop, pues les dan pop. En los países europeos la música está subvencionada por los estados. En Inglaterra y Estados Unidos es algo más natural; la música se financia con dinero de los aficionados y las orquestas viven de eso. 

Yo siempre he escuchado muchísima música. En 1966 yo había visto un anuncio de que se estaba formando la orquesta de Radio Televisión y escribí una carta a Fraga. Como un español más de entre 40 millones. Tengo que reconocer que a las 24 horas la secretaria me llamó y me recibió. Cuando llegué, pasé por delante de varios gobernadores civiles que estaban esperando audiencia. Estuve hablando media hora con él porque estaba muy interesado en este tema, pero cuando le dije que el futuro estaba en los países comunistas, pegó un brinco. Yo lo decía porque allí había visto que lo espiritual y la cultura era superior; había visto que en el mercado negro se encontraba la Biblia y que, en Bucarest, por ejemplo, “La novela picaresca en España” era un libro agotado. El nivel cultural era increíble.

En cuanto a Ibermúsica, se fundó en 1970, hace 55 años. Cuando era muy joven iba a todos los conciertos y escuchaba a gente joven que ofrecía su primer concierto. Cuando veía que tenían talento, les invitaba a tomar algo y así con el tiempo fui conociendo a muchos. Cuando volví de mi exilio, la gente que yo había ayudado años antes ya eran Zubin Metha, Barenboim… Me dijeron: Alfonso, ahora estamos en buena posición y tú eres un chalado de la música ¿por qué no haces una agencia y dije ¿por qué no? La verdad es que es un milagro haber mantenido nuestro nivel tanto tiempo. Yo he quebrado tres veces; hasta he tenido que hipotecar mi casa para poder mantener Ibermúsica. Estoy contento porque he presentado más de 800 conciertos y 80.000 músicos.

Alfonso Aijón con Daniel Barenboim

He vivido la edad de oro de los grandes pianistas, les he escuchado a todos. He conocido mucho a Rubinstein desde que vino a España desde Polonia y dio su primer concierto en San Sebastián, el primer concierto de Brahms. Allí se hizo famoso. Era muy coqueto y mujeriego. Hay una foto de él vestido de torero. Barenboim me dijo un día que, cuando tocaba, había muchas mujeres esperándole. Ahora hay mucho talento, pero si tuviera que destacar a alguien entre los más recientes, mencionaría a Sokolof, y también a la violinista española María Dueñas. Es una violinista increíble, maravillosa. Hay talento, pero en este tiempo todo va muy deprisa.

Sí, son tres normas fundamentales. Si se aplican, todo va bien. Yo dejé la carrera de Derecho en segundo curso, en 1957.  Si no la hubiera dejado, mi vida habría sido muy distinta. 

Entonces, mis amigos estaban en la cárcel porque éramos contrarios al régimen. Los franquistas de hoy, que no han vivido aquella época, critican todo, pero había cosas que no estaban tan mal. Cuando yo trabajaba en la embajada de Uruguay en Madrid, el secretario de la embajada era un navarro que trabajaba por las mañanas en la oficina y por la tarde en la policía secreta. Él estaba allí porque en la República se había casado en la embajada de Uruguay y en la embajada no sabían que pertenecía a la secreta. Nos hicimos amigos y me advirtió de las detenciones de mis amigos y me dijo que me fuera del país.

Estuve diez años fuera de España y pude conocer una vida y un mundo que ya no existe. Salí de España con 500 pesetas y trabajaba por necesidad así que he hecho de todo, he sido enterrador en Alemania, agricultor en los Alpes, minero en Alemania…

No me lo ofrecieron, lo pesqué. Era un mundo distinto, aquella era una época en la que hacías autostop sin ningún peligro y podías ir con alguien cada 50 km a donde querías. En Alemania todavía era mejor porque acababa de terminar la guerra prácticamente y no había trabajadores. Hacías autostop y venía alguien y te decía ¿podría ayudarme a recoger patatas? Y estabas una semana recogiendo patatas y así, trabajando en una cosa u otra… llegué hasta Laponia.

Uf la peor, sin duda, la de bancario. Mi época en un banco europeo fue la peor por las intrigas tremendas que había, por cómo se trataban los empleados entre ellos para progresar dentro del banco, sobre todo entre los de nivel medio. Recuerdo que para firmas de grandes créditos hacían falta dos firmas. El segundo estaba siempre esperando a ver cómo firmaba el importante para ver qué defecto podía sacarle.

Yo había llegado porque ya estaba harto de trabajar en una mina de carbón, aunque allí, por lo menos, había compañerismo. Había escrito a un amigo, compañero del instituto, que era director del banco español en Nueva York y me recomendó a ese banco español en Hamburgo. Lo cierto es que en Alemania conocí a grandes compositores.

Yo era de izquierdas, salido del franquismo, y aquella era la Alemania de Adenauer. Allí todos eran muy religiosos. Estaba trabajando en una fábrica de metales cuando el cura del pueblo descubrió que yo tocaba el piano y me pidió que tocase el órgano, pero el domingo empezó a hacer propaganda política en la iglesia y me llevé una gran decepción. Entonces me fui a los países socialistas. Entré rojo y salí rosa pálido. Era la época de Kruchev y la vida era tremenda. Estuve también en Bucarest, en el consulado uruguayo.

Mi padre quebró y en aquel momento un compañero de clase, que era hijo del embajador de Uruguay, me había buscado un trabajo de secretario del embajador en Madrid. En la embajada conocí a un tipo que fue cónsul general en Bucarest. Me llamó porque yo sabía idiomas y a mí me apetecía conocer de cerca los países comunistas y allí estuve un año y medio. Por aquel entonces, yo iba a todas las fiestas occidentales porque nos divertíamos jugando con la policía secreta que nos seguía a todas partes. El consulado tenía radio de acción en todo el mar negro y estuve en Odessa, en Kiev, una maravilla. Ellos son muy buenos en música; todos los pianistas buenos son ucranianos. También pude ir a Hungría que siempre fue diferente. Los comunistas húngaros, por su proximidad a Viena, eran mucho más suaves; se vivía de otra manera. 

El cónsul general de Uruguay en Bucarest se dedicaba a hacer contrabando disfrazado de buena acción. Ocurría que en los países comunistas los judíos podían salir si pagaban 5.000 dólares y resultó que este cónsul me utilizaba. Me quitó el pasaporte y no podía ni entrar ni salir. Me utilizaba y tenía que ir disfrazado por la noche a casa de una familia judía. Me daban oro, o un cuadro de Picasso o algo valioso y yo lo llevaba a la embajada. Él lo sacaba por valija diplomática y lo vendía en Viena con una organización benéfica. Ese dinero se destinaba a rescatar judíos, aunque también se compraban otras mercancías como medias de seda, productos de mujer, tabaco y la Biblia para el mercado negro. Venía con su coche cargado y lo vendía a un mafioso. pero aquello no me gustaba, me di cuenta de que me podían estar implicando en esas operaciones.

De vuelta para Alemania pasé por Viena donde estaba centralizada la diplomacia uruguaya en Europa. Yo admiraba mucho al embajador uruguayo en Viena, un profesor judío y fui a saludarle. Me encontré a un chico joven que me dijo “ah, tu eres ese que trabaja gratis por comida y techo, ¿te gustaría ir a Hong Kong?” Y yo pensé… ¿por qué no? 

El asunto era que le habían nombrado cónsul general de Uruguay en Hong Kong, pero era el gigolo de la mujer de un magnate y se preguntaba qué hago yo en Hong Kong cuando lo que tengo que hacer es estar con ella en la costa azul. Así que me dijo: vete, te pago el viaje y yo iré cuando pueda. Me enseñó su firma y pude falsificarla perfectamente. Llegué y no tenía ni idea de inglés. La limpiadora sabía más que yo porque cantaba canciones de Frank Sinatra. Yo tenía una habitación fantástica en el mejor hotel del mundo, el Península de Hong Kong. Era un lugar increíble, con su ambiente colonial de todos los británicos a la hora del té y su increíble vista de la bahía. 

Estuve en Hong Kong dos años y aproveché para visitar China en la época de Mao Tse Tung. No te puedes creer cómo ha cambiado. Había un club en Hongk Kong, el Marco Polo, donde se celebraba alguna demostración cultural china todas las semanas: piano, teatro, música… Sabían que yo estaba allí y que quería ir a China y un día me invitaron a unirme a un Grupo pro paz mejicano invitado por el gobierno. Íbamos 354 mejicanos en autobuses. En los países comunistas entonces no podías ver lo que querías, sino lo que ellos querían que vieras. En China, sin embargo, nos paraban donde queríamos. Preguntábamos a la gente cómo vivían. Y nos decían “antes éramos miserables, ahora somos pobres”. Era el año 1963. Cuando vas ahora y ves las carreteras, todo. Trabajan a una velocidad. Nos llevan una delantera increíble. Trabajaban a todas horas y por la noche. Había unas salas de concierto increíbles. Hacían ruido, bebían cerveza, lo clásico, pero ahora es un público admirable.

Me la concedieron en una comida en la que el embajador, en los postres, tocó una sonata de Mozart al piano en mi honor. Cuando vino la reina de visita a España me invitaron. Era muy simpática. Me saludó y gané mucha confianza en mi, porque era más pequeñita que yo (ja ja). También pude saludar al rey Carlos III.

Como decía, la música en Reino Unido es más auténtica porque las orquestas no tienen sueldo, viven de su trabajo, de las giras. La música la pagan los que les gusta realmente. Cuando salen a mirar tras la cortina del escenario a ver cuánta gente hay. es por eso, porque viven de la taquilla. Solo la BBC y la Covent Garden tienen sueldos fijos. 

Londres fue durante muchos años el centro de la música europea porque muchos centros de música en el continente quedaron destruidos por la guerra y dar un concierto en Londres para un solista extranjero era un refugio.

Hemos traído muchos músicos británicos que ni conocían España y ahora han construido su casa y viven por la costa. Trece compositores británicos han estrenado en España sus obras sinfónicas. Yo con los músicos ingleses me llevo muy bien porque son muy humanos, son gente que vive de su trabajo. Cualquier director famoso llega a Londres y se baja del pedestal porque allí quien contrata al director son los músicos. Ahora, además, los directores son más blandos que antes, no se atreven a llamar la atención a los músicos como en otros tiempos.

Alfonso Aijón con el actual embajador del Reino Unido en España, Sir Alex Ellis, Presidente Honorario de la Fundación Hispano Británica, durante la recepción de verano de la Fundación en la residencia del Embajador, en junio de 2025

Tengo una suerte increíble. Entré a Alemania desde Francia y se necesitaba un visado. Yo no tenía, llegamos a la frontera y la policía me quería devolver. Me metieron en una habitación y, de repente llega un policía de frontera, pregunta por qué estaba ahí, paga el visado y entré. Estuve dos días sin comer y vi un camión que recolectaba sangre y ahí me dieron comida. Yo sé qué es dormir en bancos y pasar mucha hambre. En Viena he dormido en un banco enfrente del mejor hotel de Viena, en el Imperial, pero nunca pensé en volver. Por supuesto que siempre que voy a Viena voy al Imperial, pero me han quitado el banco… 

Pude visitar los palacios de un califa de Marruecos cuyo hijo era compañero del colegio. En los años 40 eran los palacios de las Mil y una noches. También Egipto, Birmania, Nepal, Japón. Hace tiempo, en Pakistán, Afganistán, cuando te veían llegar de la montaña (yo soy montañero), te esperaban con una hamaca y yogur. Antes, viajar era un lujo. He vuelto a muchos sitios y me llevo grandes decepciones. La configuración de las ciudades ha cambiado y son iguales. Si me hubiera quedado, no habría tenido esta vida.

Alfonso Aijón con el Dhaulagiri al fondo, en la cordillera del Himalaya

FECHAS DE LAS PRIMERAS ACTUACIONES DE ORQUESTAS BRITÁNICAS CON IBERMÚSICA Y POSTERIOR NUMERO DE CONCIERTOS

1973Presentación en EspañaACADEMY OF ST MARTIN IN THE FIELDS
Sir Neville Marriner 
144
1973Presentación en EspañaLONDON MOZART PLAYERS
Henry Blech  
4
1973Presentación en EspañaGABRIELLI QUARTET4
1974Presentación en EspañaLONDON SYMPHONY ORCHESTRA
Erich Leinsdorf
242
1974Presentación en EspañaROYAL PHILHARMONIC OCHESTRA
Erich Leinsdorf 
80
1974Presentación en EspañaTHE NASH ENSEMBLE
Sir Simon Rattle 
6
1977Presentación en EspañaST JOHN SMITH SQUARE ORCHESTRA
Lubbock
10
1980Presentación en EspañaBBC SYMPHONY
Gennady Rozhdestvensky  
4
1981Presentación en EspañaLONDON PHILHARMONIC ORCHESTRA
Jesús L.Cobos
93
1982Presentación en EspañaTHE SCOTTISCH CHAMBER ORCHESTRA
James Conlon
3
1982THE ENGLISH CONCERT5
1984Presentación en EspañaLIVERPOOL SYMPHONY
Marek Janowski
3
1984Presentación en EspañaDELLER CONSORT1
1984Presentación en EspañaPRO CANTIONE ANTIQUA4
1985Presentación en EspañaCHAMBER ORCHESTRA OF EUROPE
Paavo Berglund 
37
1986PHILHARMONIA
Vladimir Ashkenazy
114
1986Presentación en EspañaBOURNEMOUTH SYMPHONY
Rudolf Barshai  
9
1986Presentación en EspañaLONDON VIRTUOSI10
1986Presentación en EspañaORQUESTA NACIONAL DE ESCOCIA
Neeme Jarvi
6
1987Presentación en EspañaCITY OF LONDON SINFONIA
Richard Hickox
9
1987Presentación en EspañaLONDON BACH ORCHESTRA
Nikolas Kraemer  
5
1988Presentación en EspañaTHE ANCIENT MUSIC ORCHESTRA
Christopher Hogwood
5
1988Presentación en EspañaHALLE OCHESTRA
Skrowazewski
4
1988Presentación en EspañaNORTHERN SINFONIA
J.Bernard Pommier  
8
1990Presentación en EspañaCITY OF BIRMINGHAM ORCHESTRA
Sir Simon Rattle  
13
1994Presentación en EspañaBBC PHILHARMONIC
J.P.Tortelier 
2
1995Presentación en EspañaKING´S CONSORT
Robert King
10
2010MONTEVERDI CHOIR
Sir John E.Gardiner     
1
2019THE AGE OF ENTLIGHTEMENT1

TOTAL ACTUACIONES

837

COMPOSITORES BRITÁNICOS Y ESTRENO EN ESPAÑA DE SUS OBRAS SINFÓNICAS

G.BENJAMIN
B.BRITTEN
P.M.DAVIES
E.ELGAR
G.HOLST
H.KENDALL
O.KNUSSEN
J.MC.CABE
J.MAC MILLAN
C. MATTHEWS
N.MAW
M.TIPPETT
V.WILLIAMS