La perla de María Tudor, que aparece en el cuadro pintado por Antonio Moro estuvo perdida durante cuatro siglos.
La Perla María Tudor está fechada en el año 1526 y reapareció en 2004 tras haber estado desaparecida desde finales del siglo XVI. Pesa 64,5 quilates y 69,8 quilates con su sombrero de diamantes, es por lo tanto, la tercera perla natural más grande del mundo que se conoce.
No se sabe cómo, pero la perla pertenecía al joyero de la Emperatriz Isabel de Portugal entre los años 1526 y 1539. A su muerte, fue heredada por su hija Juana de Austria, casada poco después, y a una edad muy temprana, con el príncipe Juan de Portugal, para asegurar la Corona Española en Portugal. En 1554 debe regresar a España para asumir la Regencia del país en ausencia de su hermano, el Rey Felipe II que marchó a los Países Bajos e Inglaterra para casarse con María Tudor. Así fue cómo la famosa perla pasó a formar parte de la dote para su nueva novia, María Tudor, de la que finalmente adopta el nombre. Esta maravillosa perla de forma asimétrica era muy valorada y admirada en la Corte de Tudor, y aparece en numerosos retratos de la reina. A partir de aquí, no se tuvieron noticias de esta perla, durante un tiempo…hasta nuestros días.
María Tudor fue Reina de España desde 1554 hasta 1558 tras su matrimonio con Felipe II cuando se convirtió en reina de Inglaterra y segunda mujer de Felipe II.
A finales del siglo XVI, tras la muerte de María Tudor, a quien en el Reino Unido se conoce con el apodo «Bloody Mary«, la perla desapareció y permaneció ‘perdida’ durante cuatro siglos, hasta que en 2004 la adquirió una firma británica. Habitualmente, esta perla ha sido confundida con otra afamada pieza, la Peregrina, pero hay que destacar que esta última apareció más de 20 años después de la muerte de la reina y además es 53 gramos más pequeña. Es considerada como la tercera más grande del mundo.
Retrato de María Tudor de Antonio Mauro, 1554 ⎜ Museo del Prado Retrato de María Tudor de Hans Eworth, 1554 ⎜ National Portrait Gallery