FHB entrevista a ARACELI PEREDA, presidenta de HISPANIA NOSTRA

Dice Araceli Pereda, la presidenta de Hispania Nostra, que tienen “obsesión por sumar” en esta organización que funciona únicamente por voluntarios. Desde la presidenta hasta el último vecino del último pueblo que no quiere perder su ermita, todos han encontrado en Hispania Nostra la herramienta para proteger el patrimonio. Mientras, ella, entre legajos y monumentos, se topa con historias de personajes novelescos.


ISABEL AIZPÚN


Marzo 2022

Leo en la prensa que apuestan, en este momento, por un pacto institucional para proteger el patrimonio.

Lo que decimos es que la Ley del Patrimonio Histórico es del año 1985 y hay que revisarla y sería necesario dejarla al margen de la política, llegar a un acuerdo y actualizarla. Desde 1985 ha cambiado el concepto de patrimonio. Entonces hablábamos de patrimonio material, pero hemos incorporado el inmaterial, hemos suscrito normas internacionales sobre el paisaje o la arqueología subacuática o el patrimonio industrial o la arquitectura contemporánea. Hay nuevos acuerdos o convenios o normas de distintos rangos jurídicos que hemos firmado y que España debería reflejar en su normativa.

Hablando de acuerdos o normas internacionales, ustedes ya están integrados en Europa Nostra y la representan en España y a España en Europa.                                                                                                      

Sí, la representamos en España. Son la voz civil de más de 2.000 socios de más de 40 países. Es una organización de organizaciones que se definen como la voz del patrimonio en Europa y damos los premios de la Unión europea. Se dan de acuerdo a una estructura financiada por la Unión Europea y hay una representación formal o informal en algunos organismos como el Consejo de Europa, fundamental a la hora de hacer normas o recomendaciones y crear filosofía sobre la conservación del patrimonio. ¿Qué ocurre? Que cada vez se produce más una comprensión de que en el campo del patrimonio no se puede dividir lo público y lo privado y la conservación nos compete a todos, a cada uno desde campos distintos. La administración municipal es fundamental porque está más próxima a la realidad y debe tener los recursos oportunos; también las autonómicas y la nacional. Sin la participación social con instituciones como la nuestra u otras fundaciones, sin esa cooperación público-privada, no es posible sacar los proyectos adelante. El triángulo lo cierra algo fundamental que es la educación.

Olivos milenarios del Sènia, Premio Hispania Nostra 2013 y Premio Europeo de Patrimonio- Premio Europa Nostra 2014 © Mancomunidad de la Taula del Sénia

Y en todo ese entorno de instituciones, participación social, educación… ¿cómo encuentra el país?

Cada país es consecuencia de su cultura y en el tema de la importancia que damos a la cultura hay diferencias. Ves por ejemplo pueblos franceses con un gran orgullo de sentimiento de pertenencia y eso implica una obligación. Probablemente en Italia también se da. En la tradición anglosajona siempre ha habido una participación social mayor que puede tener algo que ver con su religión. También es verdad que en España se ha mejorado mucho. La eclosión de fundaciones y asociaciones desde los años 80 hasta ahora ha sido muy importante. Hubo también mucha acción en la compra de obras de arte, surgieron “los amigos de… “museos, fundaciones; también en la música, el teatro. Ha habido un efecto de progresión geométrica que ha mejorado mucho en España.

Y si nos fijamos concretamente en Reino Unido, ¿qué similitudes o diferencias podemos encontrar?

Para nosotros es una referencia que jamás alcanzaremos, me refiero al National Trust. Es una organización que viene de una historia que no es la nuestra que es más corta. Sin embargo, con respecto a ese orgullo de sentido de pertenencia por lo inmaterial, afortunadamente, las situaciones son cambiantes y en España la participación social va mejor.

Descubrimiento placa Real Maestranza de Caballería de Ronda, Premio Hispania Nostra 2021 @ Juan Jesús Pan

Lo ha podido comprobar desde que llegó a la presidencia de Hispania Nostra. . . 

Desde que llegué hemos crecido en socios, tenemos una red de cuatro delegados regionales, y todos, incluida yo por supuesto, somos voluntarios… Ahora mismo se preparan unas jornadas y los voluntarios entregan su tiempo, su agenda, su saber hacer… los delegados regionales igual porque representan a HN para recoger información sobre la Lista roja del patrimonio, buscar proyectos para los premios… para todo.  Lo que me sorprende es que nadie espera cobrar nunca y tenemos un comité científico de profesionales muy cualificados y no hemos dejado de colaborar ni en la pandemia. 

Lithica (Menorca) Premio Hispania Nostra 2017 y Premio Europeo de Patrimonio-Premio Europa Nostra 2019 © Teresa Merello de Miguel

Entonces ¿todos ellos intervienen para elegir a los proyectos premiados?

Tenemos tres categorías: intervenciones positivas en el paisaje, intervenciones que provocan beneficios sociales o económicos (una casa que se convierte en un hotel o en un cine, por ejemplo) y un tercero que es la señalización y la difusión.  En cuanto a los premios europeos, los socios voluntariamente informan de proyectos que pueden ser premiados en Europa Nostra. 

Y también trabajan en la elaboración de la Lista Roja y la Lista Verde…

En cuanto a la Lista Roja, todo lo que está es, pero hay mucho que es y no está. A veces la gente no se da cuenta de que somos voluntarios. Yo, cuando hice el inventario, sabía cuántos bienes podían quedar. Ahora no y, además, la información ahora viene muy fragmentada por las autonomías. Seguramente la lista roja irá creciendo, pero la verde también, afortunadamente. Porque no se trata de estar sino de no estar. Ahora entre un 18 o 20 % de lo que estaba en la roja, ya está en la verde. Espero que esa cifra vaya en aumento. 

LISTA VERDE・Alquería del Pi Alfafar © Javier Hidalgo Mora

¿Qué otras actividades les ocupan más tiempo?

Una actividad nueva que estamos poniendo en marcha es juntar por zonas los premios a las buenas prácticas que hemos dado hasta el momento: Andalucía, Cornisa cantábrica… Hemos detectado que, a veces, se recibe un premio y la gente deja de ser responsable a partir de ese momento sobre su conservación y hay que ser coherentes para mantenerlo. Queremos que se mantenga el espíritu después de recibirlo. Hacemos jornadas de buenas prácticas sobre qué es una buena práctica en conservación de patrimonio y la tercera pata es ayudar con campañas de micromecenazgo. Nosotros ponemos una plataforma para que los proyectos puedan tener futuro. También hacemos una revista anual de patrimonio. En este momento tenemos una exposición itinerante ya que somos el país más premiado de Europa Nostra. Para celebrar el 40 aniversario preparamos una exposición de todos los premios que teníamos y la expusimos. Un español catedrático de arquitectura en China se la llevó a su universidad. Ahora está itinerante por China y estamos preparándola para exponerla en Europa, Bruselas, la Haya… 

MICROMECENAZGO・Iglesia de Santiago Apóstol de Villamorón (Burgos) © Pedro Cobo

Contando con todos esos voluntarios y numerosos premios ¿cuál es el proyecto que más le inquieta ahora?

Todavía está poco definido, pero sería el de educación para el patrimonio. Hay que insistir en dos temas: ayudar en la educación para el patrimonio que es muy complejo; y dos, la señalización del patrimonio para hacerlo accesible y que se indique bien intentando hablar con las administraciones tanto centrales como de turismo, transporte y también las CCAA y los ayuntamientos. Hay que ocuparse de la señalización y difusión, que se anime a la gente a acercarse a los lugares valiosos de patrimonio. No la cuidamos nada porque todo el mundo da por sentado que ya se sabe dónde están esos lugares… Cuando se hace una autopista la señal de un enclave concreto, desaparece… Hay lugares donde no sabes dónde debes desviarte en la carretera… No cuidamos nada, hacemos lo más caro como restaurar un documento y luego no lo hacemos accesible… yo no lo veo en la sociedad: por tanto, señalización y difusión.

¿Qué momentos de su carrera han sido más decisivos para llegar hasta aquí, hasta la Medalla de oro de las bellas Artes, el Premio Nacional de Conservación de Patrimonio; y para Hispania Nostra, la Medalla de Honor de la Academia de San Fernando… entre otros?

Empecé en la conservación del patrimonio porque estudié Historia del Arte. Al terminar la universidad, conseguí trabajo en el ministerio de educación, saqué unas oposiciones, me destinaron a turismo y, casualidades de la vida, en 1976 se crea el Ministerio de Cultura. Me encargan el inventario del patrimonio en el servicio de inventario desde 1976 hasta 1982. Había que redactar la ley de patrimonio, conjuntamente con la dirección de Bellas Artes, sin importar ideologías. En el 85 me nombran Directora General de Patrimonio de la CAM. No he hecho un master en gestión cultural pero como si lo hubiera hecho, en vivo. Ese fue un momento, un periodo apasionante. Luego dirigí una fundación privada y me fui al Museo Lázaro Galdeano un maravillosísimo museo que estaba como en su creación en 1948. 

Entrega Medalla de Honor de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, enero 2022 © Casa de S.M. el Rey

Con décadas de historia, debería tener mucho trabajo por hacer…

Era un proyecto que me llevó a esforzarme para que se reconociera el trabajo de los mecenas porque creo que hay que valorar a una persona como Lázaro que cede una colección tan importante y que, además, dejó dinero para mantenerla. La institución había pasado por crisis importantes y había sobrevivido, aunque es verdad que era una Fundación que vivía constreñida por funcionar solo con sus propios recursos. 

Él dona su colección, su casa, su jardín y apenas se le conoce mientras que todo el mundo conoce a los grandes mecenas del mundo anglosajón. Me da alegría que las cosas en las que te implicas sigan vivas como es el caso del Lázaro Galdiano.

¿Nos puede presentar a este mecenas?

La historia del personaje es apasionante. Él es navarro, del valle del Baztán. Él solo tuvo una mujer, pero ella, Paula, tuvo cuatro maridos. Él fue el último y se casó ya muy mayor; ella murió en 1922 y él en 1948. El parque se llama Parque Florido porque ella se llamaba Paula Florido. Ella era argentina y se casó allí con tres hombres de origen español. Primero con un Ibarra argentino; luego con un gallego; y luego, también, con otro español. De joven se va a trabajar al Banco de España con un familiar suyo en Barcelona y ya empieza a hacer coleccionismo. Se viene luego a trabajar a Madrid y debía ser un gran financiero porque invierte bien y se compra una casa en la cuesta de Santo Domingo y crea una especie de club donde van Emilia Pardo Bazán, Unamuno …y funda la revista La España Moderna. Sus inversiones eran tan buenas que la Fundación ha podido sobrevivir hasta hace poco. Él llega a ser el segundo paquete de acciones de Telefónica y el primero del Banco Hispanoamericano. Cuando se casa con Paula construyen el chalet sede actual de la Fundación y se llevan allí la revista. Cuando muere doña Paula, va a vivir al Ritz, mantiene todo y pasa la guerra civil española en París y luego va a Nueva York y siempre sigue comprando cosas para sus colecciones. Más tarde, apareció un fondo de una banca de Londres y otro de Nueva York. Un día se me presentó una persona de un banco de Londres diciendo que tenía un portfolio a nombre de este señor…

Todo un personaje y un mecenas, ¿con lo que legó se ha mantenido la Fundación que sigue activa hoy en día?

Cuando él muere, la dona al Estado y Camón Aznar es nombrado director del museo y hace la restauración. También lo fue Enrique Pardo Canales y yo llegué en el 95 y lo que hicimos fue revitalizar el museo. Se cambió todo, se hizo la revista la Nueva España. Éramos financieramente en teoría independientes, pero había que sumar personal, cambiar las costumbres como cerrar a las 3 de la tarde… 

Hubo que atender a la situación de los herederos. Paula tuvo tres hijos, pero no con él. Al morir Lázaro hay que repartir la herencia, como era proindiviso también les tocaba a los hijos de ella y llegaron a un acuerdo. Ella vino con los hijos a España, pero murieron muy jóvenes. El contacto con la obra de Lázaro me llevó a empezar una red de casas de coleccionistas. En otros países los hay; es un proyecto muy bonito que va marchando. Aquello fue otro punto de inflexión en mi carrera.

Realmente lo de la conservación del patrimonio puede resultar muy novelesco

Sí, una historia muy novelesca… También surgió alguna otra con la realización del inventario del patrimonio. Yo era la fedataria, se robaba mucho en tiempo de Erik el belga, aunque se recuperaba. Había que dar fe a la Interpol de que aquello era propiedad española y había que ir a recuperar esas obras… historias maravillosas.

Siempre vividas con intensidad

Siempre con pasión, pero, como todas las pasiones, tiene un coste psicológico porque no consigues lo que quieres ni al ritmo que tu quisieras. He dejado muchas cosas hechas, pero también muchos pelos en la gatera. Se me cayó el pelo literalmente en la Lázaro Galdiano, pero o estás o no estás…