«El mundo de la moda está de luto. Ha fallecido en Madrid Teresa Palazuelo, la diseñadora de Novias e Invitadas que era todo un referente en el sector. Tía de Sofía Palazuelo, mujer de Fernando Fitz-James Stuart y Solís, duque de Huéscar, tuvo un gran protagonismo durante la boda de ambos, al confeccionar el vestido de su sobrina. Hoy, su gran amiga Sonsoles Diez de Rivera, hija de la marquesa de Llanzol, una de las mujeres más elegante de la alta sociedad española, ha querido dedicarle las palabras más bonitas y emotivas»


TELVA 23/11/23

TERESA PALAZUELO

MI AMIGA

OBITUARIO


SONSOLES DIEZ DE RIVERA

Vicepresidente de la Fundación Hispano Británico


Elegancia, Cultura, Clase, Inteligencia, Discreción, Artista, Creadora de Belleza, Políglota, educada en Austria e Inglaterra, en resumen, una Señora en toda la extensión de la palabra, eso es Teresa Palazuelo.

En su profesión como creadora de moda tuvo un enorme éxito, especialmente en sus trajes de novia, creaciones que, en su época, fueron rompedoras, con utilizaciones de unos diseños impecables, unas telas de una calidad insuperable, fueran de origen o como cuando eran pintadas o trabajadas artesanalmente. Su legado queda para la posteridad con varias creaciones suyas en el Museo del Traje de Madrid (Juan de Herrera, 2).

Las clientas venían de toda Europa y América a que las vistiese en su taller, y el éxito era clamoroso. Sus modelos eran publicados en las mejores revistas de moda. Ella rara vez aparecía en ellas con entrevistas, dada su discreción ya que no quería hablar de sus importantes clientas, muchas de las cuales eran de la alta sociedad, pero también de familias reales. Tampoco quería hablar de su vida privada, que especialmente quería guardar para sí.

Teresa Palazuelo se exigía la perfección, tanto en su vida privada como en la amistad y en su profesión, cosa que se traducía en lo perfecto de sus creaciones. Era una amante de la música clásica y de la ópera, apasionada del arte contemporáneo y de la belleza en lo cotidiano, también en su trabajo.

Su discreción era total, jamás hablaba de su éxito, que era indiscutible, siempre procuró comportarse con un nivel bajo en cuanto a su difusión personal en los medios, sus creaciones tan bellas y perfectas eran las que hablaban por ella y se difundían solas.

Su marido, Ian Triay (Amigo de la Fundación Hispano Británica, fue durante años miembro del Comité Ejecutivo), y sus hijos han tenido el privilegio de disfrutar de una esposa y madre singular y admirable a lo largo de todos los aspectos de su vida y yo he tenido la suerte y el honor de que me admitiese en su amistad y siempre con una cercanía y cariño que, para mí, era un regalo muy especial.

Tengo una gran admiración por ella, como amiga, y como la gran mujer y artista que es y siempre lo será para todos los que la conocían y para todos los que disfrutaron de su amistad y arte.

Publicación en ABC