Destacado FHB: «Hispanidad»
ELENA DÍAZ-GÁLVEZ PÉREZ DEL PUERTO
Mª TERESA VIDAL VIDAL
Octubre 2021
El día 12 de octubre de 1492, la expedición capitaneada por Cristóbal Colón llegó a la isla de Guaraní, en el archipiélago de las Bahamas. Sin que ellos lo supieran, acababan de descubrir un nuevo continente y establecieron el primer contacto entre europeos y americanos.
Más de 400 años después, el 12 de octubre sería convertido en un día de celebración en España y muchos países latinoamericanos. La elección de este día contaba con el añadido de que el 12 de octubre se conmemora el Día de la Virgen del Pilar, patrona de la Hispanidad.
Corría el mes de septiembre de 1892 y en San Sebastián la temporada estival tocaba a su fin, no obstante, la Reina Regente María Cristina de Austria (viuda de Alfonso XII) quiso mantener unos días más la corte en la ciudad. Así, el día 23 firmaba, en nombre de su Hijo el rey D. Alfonso XIII; un Real Decreto que declaraba el 12 de octubre de 1892 día de fiesta nacional al objeto de conmemorar el IV Centenario del Descubrimiento de América. Significar que en la exposición de motivos de esta norma específica que la fiesta se solicita “sin perjuicio de que la Corona con las Cortes puedan declararla perpetua después”.
Posteriormente fue denominada “Fiesta de la Raza”, desde 1918, y “Día de la Hispanidad” desde 1958. Perdurable y adaptada al cambio político, discrepancias regionales y coyunturas internacionales durante el s. XX, la celebración hace referencia al pasado imperial para la identificación de los españoles, entre ellos y con el mundo.
Aparición del término “Hispanidad”
Las ideas de América generadas durante el s.XIX prepararán las del XX. Por eso, aunque las coyunturas conducentes a hablar sobre hispanidad son decimonónicas, el término como se entiende actualmente aparece casi un siglo después, pese a sus huellas históricas. En concreto, el término “Hispanidad”, que a principios del siglo XX apenas se utilizaba y se encontraba anclado en el pasado, fue resucitado por el sacerdote Zacarías de Vizcarra en 1926 para sustituir a la denominación hasta entonces predominante, la del Día de la Raza.
- «Hispanidad, carácter genérico de todos los pueblos de lengua y cultura hispánica;
- Conjunto y comunidad de los pueblos hispánicos»
Sin embargo, y pese a la defensa de intelectuales tan influyentes como Ramiro de Maeztu del término “Hispanidad”, el decreto firmado en 1918 por Antonio Maura y Alfonso XIII por el que se hacía referencia a la fiesta nacional como Fiesta de la Raza seguiría en vigor durante muchos años.
Primeros promotores de la idea de “Hispanidad”
Rubén Darío, Marcelino Menéndez Pelayo, Juan Valera, Rafael Altamira y Miguel de Unamuno fueron los que dieron a la idea de Hispanidad una expresión concreta en el pensamiento a través de sus escritos.
El ser hispánico del S. XVI creó las realidades históricas del Nuevo Mundo y su identidad heterogénea desde 1492 hasta 1824 con base en:
- La espiritualidad del humanismo español y la evangelización cristiana,
- El código jurídico y humanístico de las Leyes de Indias,
- La dirección del Estado monárquico sobre la experiencia política americana.
Sobre estos cimientos, tres siglos de convivencia y mutua cesión cultural se originó la Hispanidad.
Durante el reinado de Isabel II (1833-1868) se vive una crisis económica que hace que América se convierta en Mercado comercial. La burguesía y negociantes españoles reinstalaron una imagen del imperio acunada en el siglo XVIII: América como mercado comercial y como factor en la política de defensa de las dos posiciones. No obstante, dicho objetivo no prosperó por causa de la intervención de España en los asuntos internos de Perú, Bolivia, Chile, Argentina y México, entre 1842 y 1847.
A mediados del S.XIX se produce un cambio de actitud de España respecto de Hispanoamérica.
Durante la Restauración (1875-1902) los pilares que se reflejan en la idea nacionalista de Hispanidad a principios del s.XX se basan en el patriotismo, el recuerdo del Imperio colonial como fundamento de la grandeza nacional, los intereses de la lengua castellana, el cristianismo y la doctrina racista.
La inadaptación de España a la modernidad y la pérdida de sus últimas colonias ultramarinas colapsaron este patriotismo, no obstante, y suscitó un sentimiento de degeneración social. En esta coyuntura nació el movimiento hispano-americanista, componente dinámico para la idea rotunda de Hispanidad.
Entre 1880 y 1900, se conmemoraron, entre otros, el Congreso Pedagógico Hispano-Portugués-Americano y el IV Centenario del Descubrimiento de América. Igualmente, se crearon y difundieron revistas y periódicos varios, entre ellos: La España Moderna (1889-1914) y la Revista de Historia y Literaturas Españolas, Portuguesas e Hispanoamericanas (1895). Se fundó el Museo y Biblioteca de ultramar (1888). Se rediscutieron las ideas confederativas de Simon Bolívar y la Restauración.
En resumen, el acercamiento hispanoamericano fue posible por:
1) el imperialismo amenazador de Estados Unidos,
2) la concomitancia cultural entre las naciones hispanohablantes y
3) la tentativa de una confederación.
¿Repercutió negativamente la crisis del 98 sobre las relaciones hispanoamericanas?
Lo cierto es que no: Hispanoamérica, conmovida por el desastre, manifestó su solidaridad con España y ésta aminoró los últimos rastros de indiferencia. Surgió así “por primera vez desde la independencia, un común anhelo de unidad, ya no política, sino espiritual y cultural”.
Rafael Altamira fue el primero que en 1898 demostró que la historia de España era ininteligible sin la de América y que los españoles e hispanoamericanos compartían sentimientos y valores especificados en lo que se llama “modalidad hispánica”.
De manera ilustrativa, en sus Cartas Americanas (1889), Juan Valera al presidente de Ecuador destaca la “unidad de civilización y lengua, y en gran parte de raza también, persiste en España y en esas Repúblicas de América, a pesar de su emancipación e independencia de la metrópoli.”
Valera defendiendo el lugar de España y lo hispánico en América, añadió a la idea de hispanidad el concepto de prolongación de la realidad histórica y personalidad hispánicas en las repúblicas americanas, sin desnaturalizar su propia identidad mestiza ni la herencia común que las volvía universales; es decir, la unidad de sangre, lenguaje y cultura.
Para Menéndez Pelayo su idea sobra la hispanidad se puede interpretar a partir de “Al lector” y “Advertencias generales” de su Historia de la poesía hispanoamericana (1911), primera historia de la producción poética americana, enmarcada en el contexto cultural y estético de cada uno de los países, desde la época virreinal hasta mediados del s.XIX. Dicho texto derivó de la Antología de poetas hispanoamericanos, proyecto encargado a él por la Real Academia Española en 1892, con dos motivos:
1) en honor a la España ultramarina durante la celebración del IV Centenario
2) para contrarrestar el desconocimiento y desinterés de los españoles por Hispanoamérica y su poesía.
Su antología fue pues, como lo vio Lohmann: “un acto permanente de confraternidad hispanoamericana”; con ella “imprimió vertebración y cauce al contenido espiritual de la Hispanidad (…) a fin de restablecer la originalidad de la tradición española trasplantada a América”.
En conclusión, a través de sus escritos, Menéndez Pelayo institucionalizó la idea de hispanidad como “espíritu de fraternidad”, de integración y alianza de las naciones de la raza hispana, en virtud de la extensión de su lengua castellana, religión católica, derecho romano y civilización latina, homenajeadas implícitamente en las Conmemoraciones del IV Centenario.
Para él pues, “lo peninsular y lo americano era todo uno; sus principios esenciales, comunes, y la interdependencia un hecho irrevocable. América era la prolongación vital de España.”
El interés de Unamuno por Hispanoamérica creció a medida que gradualmente fue identificando “las características que distinguían a España de sus vecinos europeos”. Para él España e Hispanoamérica formaban una comunidad de naciones étnica y políticamente disímiles, cuyo carácter histórico y cultural se debía a la unidad, igualdad, justicia y universalidad de su patrimonio espiritual hispánico, basado esencialmente en la lengua española. Unamuno llamo a esta comunidad, en 1909, Hispanidad. Se quejó, por consiguiente, del desinterés de los españoles sobre temas americanos, aun cuando España debía encontrar respuestas y aliento para sí en sus antiguas colonias. Coincidió en este sentido con Rubén Darío y Altamira.
«Tenemos que acabar de perder los españoles todo lo que se encierra en eso de la madre patria y comprender que para salvar la cultura hispánica nos es preciso entrar a trabajarla de par con los pueblos americanos y recibiendo de ellos, no solo dándoles”
En resumen, sin quedarse en el mero factor lingüístico, señaló la lengua española como la decisiva fuerza constitutiva de la unidad espiritual, literaria, sociopolítica e histórica entre España y América; gracias a esta lengua, la hispanidad debía entenderse como el intercambio fraterno, el interés y el conocimiento mutuos.
Gracias a los aportes filosóficos y literarios de estos autores se puede afirmar que “La construcción de la Hispanidad es obra mutua de españoles e hispanoamericanos que han conseguido, mediante esfuerzos e intenciones individuales, llegar a cristalizar un resultado coherente, racional, de sentimientos afectivos no exentos de crítica. En definitiva, caminos de comunicación hasta la construcción del edificio de esta identidad, utilizando los cimientos nada despreciables de una comunidad vital, social e ideal de más de tres siglos (Hernández 2012)
Celebraciones en el ámbito nacional e internacional
La celebración del 12 de Octubre ha cultivado durante muchos años la sociabilidad diplomática durante las comidas y recepciones ofrecidas. Fuera de España, las embajadas han fomentado su celebración. Como era costumbre desde los años cincuenta, en Londres, París, Roma y Lisboa se ofrecen recepciones a diplomáticos iberoamericanos.
Sirva como ejemplo de la importancia que tiene la celebración de esta fecha que el despliegue conmemorativo para el 12 de octubre de 1963 fue especialmente orquestado en Estados Unidos. Tanto ruido generó la diplomacia española para el 12 de Octubre en algunas ciudades norteamericanas que hasta el presidente John F. Kennedy se unió al recuerdo, recibiendo en los jardines de la Casa Blanca a asociaciones de emigrantes españoles y su descendencia.
Por su carácter diplomático y cosmopolita, la fiesta definió el estado de las relaciones internacionales y el lugar de España en el mundo a lo largo del S. XX.
Desde su institucionalización, en 1918, su puesta en escena ha sido un sofisticado ritual de Estado que demarcaba honorabilidad, distinción y elitismo. Cada 12 de octubre es un espacio para las relaciones públicas entre diplomáticos, visitantes de gobiernos extranjeros y, ocasionalmente, de profesionales vinculados a la educación, la gestión política local, el turismo y otros sectores profesionales. En medio de esta atmósfera social se han establecido relaciones personales y se practica una sociabilidad informal que ha generado multitud de imágenes y opiniones. La fiesta ha sido un microcosmos de cosmopolitismo iberoamericano que pone en marcha proyectos internacionales para la regeneración nacional.
Por último, para entender la participación de las Fuerzas Armadas en la Fiesta nos referimos al RD 862/1997, de 6 de junio, por el que se regulan los actos conmemorativos del Día de la Fiesta Nacional de España. La norma traslada al 12 de octubre los actos que se venían desarrollando el Día de las Fuerzas Armadas (FAS), en la festividad de San Fernando, al considerar que contribuirá a identificar a las FAS con la sociedad a la que sirven.
Dispone además que este día el personal militar vestirá de gala y, en el ámbito del Ministerio de Defensa, se procederá al engalanado general de los edificios y buques. Además, determina que tendrá lugar un desfile militar y un solemne homenaje de respeto y exaltación a la Bandera de España, enseña de la Patria y símbolo de su unidad y de la convivencia nacional.
El himno cumple 251 años
En este contexto, es importante destacar el himno nacional español que cumple 251 años de historia. Tenemos uno de los himnos nacionales más antiguos de Europa. Declarado Marcha de Honor en 1770 por Carlos III, mismo Rey que realizo el concurso que sirvió para elegir el diseño de nuestra actual bandera en 1785.
Aunque oficialmente se desconoce su autor, su origen se encuentra en un toque militar “la marcha Granadera”, la cual aparece en el “Libro de ordenanza de los toques militares de la Infantería Española” fechado en 1761 y a nombre de Manuel de Espinosa, por lo que es a este a quien se le atribuye la autoría del himno, aunque de manera no oficial.
Los granaderos eran en aquel entonces los héroes del momento y pertenecían al cuerpo de élite del ejército. Debido al prestigio que poseían, eran los encargados de acompañar a los reyes en sus desfiles.
Carlos III decidió declarar esta marcha como “Marcha de Honor” en 1770, y ésta gustó tanto a la ciudadanía española que pronto paso a ser denominada popularmente “Marcha Real” pues era siempre interpretada en todos los actos a los que acudían los monarcas.
La “Marcha Real” ha sido el himno de España desde entonces, a excepción del “Trienio Liberal” (1820-1823) y de la “Segunda República” (1931-1939), únicos períodos de tiempo en el que la versión actual del himno fue sustituida por el “Himno de Riego”. Sin embargo, tras la guerra civil, fue de nuevo instaurado tal y como hoy lo conocemos. La regulación más precisa se realizó en 1997, año de la adquisición plena de los derechos de autor realizada por el coronel Grau, director de la “Banda de la Guardia Real” que cedió gratuitamente sus derechos.
A pesar de todos los años de vigencia del himno, han sido varios los intentos por cambiar la marcha por una nueva versión como, por ejemplo, a través del concurso que el General Prim organizo en 1868 en busca de una nueva melodía, sin éxito. Ninguna de las cinco versiones participantes era de la calidad que se merecía el himno.
En resumen, el 12 de Octubre tiene un significado de celebración y orgullo de la patria para la mayoría de los españoles que es preciso cultivar y celebrar para la herencia de generaciones venideras.
Bibliografía, lecturas y recursos complementarios:
- Alvarez, Angel. 1950. El pensamiento de Unamuno sobre Hispanoamérica. Madrid: Cuadernos Hispanoamericanos
- Alvarez, Rafael. 1895. El porvenir de la raza. Revista Contemporánea. Julio-Septiembre
- Laín Entralgo, Pedro. 1999. Historia de España Menéndez Pidal. Madrid: Espasa Calpe
- Real Academia Española. 2001. Diccionario de la lengua española. Recuperado de http://lema.rae.es/drae/
- Valera, Juan. 1890. Nuevas cartas americanas. Madrid: Fernando Fe.
- Roberts, Stephen. 2004. “Hispanidad”: El Desarrollo de una polémica noción en la obra de Unamuno. Cuadernos de la Cátedra Miguel de Unamuno.
Recursos web:
- www.dialnet.unirioja.es/
- www. dspace.unia.es/handle/10334/105
- www.bne.es/es/Catalogos/HemerotecaDigital/
- www.protocoloimep.com /articulos/la-fiesta-nacional-y-sus-125-anos-de-historia/