HUGH ELLIOTT ⎜ Embajador del Reino Unido en España
Asesinar brutalmente a un periodista. Planear una violencia sistemática contra una minoría étnica. Torturar hasta la muerte a un abogado que se ha atrevido a destapar el mayor fraude fiscal en la historia de un país. Son actos horribles, despreciables, que no deberíamos dejar que quedaran impunes.
Muchas veces, la respuesta de la comunidad internacional es imponer sanciones contra el país del que proceden los autores de estos hechos espantosos. El Reino Unido lanzó la semana pasada su primer régimen de sanciones, que afectan específicamente a los responsables de estas violaciones para que no puedan aprovecharse de nuestra economía, adquirir residencias, ir de compras navideñas en Londres ni utilizar nuestro sistema bancario para su dinero sucio.
En la lista de 49 personas y organizaciones afectadas aparecen 20 saudíes implicados en la muerte del periodista Jamal Khashoggi; dos generales de Birmania implicados en la brutal represión de los rohinyá; dos organizaciones responsables de la esclavización, tortura y asesinato en los gulags en Corea del Norte, donde se cree que cientos de miles de prisioneros han muerto durante el último medio siglo.
Y quiero hacer una mención especial a Serguéi Magnitsky, un abogado que denunció el robo de más de 200 millones de euros por funcionarios del Ministerio ruso del Interior. Magnitsky fue detenido en el 2008 y acusado de evasión fiscal por los mismos investigadores a los que había denunciado. Después de un año de maltrato físico y psicológico, Serguéi murió en noviembre del 2009 a los 37 años. Su coraje y el de su familia nos ha inspirado. Las nuevas leyes contra las violaciones de los derechos humanos llevan su apellido. Además, 25 ciudadanos rusos implicados en su muerte han sido incluidos en nuestra lista de sanciones.
El Reino Unido tiene el firme compromiso de estar a la vanguardia en la promoción y protección de los derechos humanos y, al mismo tiempo, el deseo de cooperar con otros socios internacionales, como Estados Unidos y Canadá. Y por supuesto, con la Unión Europea, que está estudiando crear su régimen de sanciones. El ministro británico de Asuntos Exteriores, Dominic Raab, habló de este asunto con sus homólogos francés y alemán el pasado junio en Berlín.
La salida de mi país de la Unión Europea, que se materializó el 31 de enero, se ha retratado en ocasiones como un alejamiento de nuestros socios europeos que nos llevaría a ser un país más introspectivo. Creo que el paso que hemos dado es una nueva demostración de que no va a ser así en absoluto. El Reino Unido sigue participando en todas las grandes políticas internacionales. En el 2021 organizaremos la cumbre climática y queremos poner la economía mundial en una senda que no ponga en peligro la habitabilidad del planeta. Hemos destinado 850 millones de euros para acabar con la Covid-19, desarrollando una vacuna y ayudando a los países más desfavorecidos. Tenemos el objetivo de conseguir que todas las niñas cumplan 12 años de educación, sin importar su situación económica. Estamos decididos a ser una fuerza positiva en el mundo. Con el tercer mayor presupuesto de ayuda al desarrollo del mundo, el Reino Unido seguirá siendo un campeón de los derechos humanos.
Publicado en La Vanguardia 13/07/2020